No existe algo más pedagógico que el ejemplo. Del signo que tenga dependerá el rumbo de vida tanto del individuo como de su “manada”. Nuestros hábitos configuran la imagen con la cual nos ven, mostrará nuestra cepa como pueblo, tanto como ”ladrillos” como “pared”, ¿qué mostramos los venezolanos? La realidad actual es muy triste. Está visto que hay “malos hábitos” que se han enraizado. Me refiero a la mal llamada “viveza criolla” que no sólo ha derivado en el abuso exacerbado como práctica individual y colectiva, sino que su hija mayor: La corrupción, está tan arraigada que hace rato pasó a ser “parte del paisaje”, y tal vez, por ello no es tan visible para el ciudadano común que ha crecido observando a un progenitor que “practica corrupción cobrando” o “la alimenta pagándola”.
Algunos cristianos alegan que política y religión deben ir separadas, tal argumento no es valedero para un cristiano, pues la vida de un cristiano de corazón consiste en reflejarse a través de su comportamiento, en cada uno de sus actos y en cada una de las palabras que salen por su boca. Muchos carros portan mensajes en la tapa del baúl, con contenidos obscenos o cuando menos chabacanos. Llama profundamente la atención cuando junto al pez que identifica al cristianismo, conseguimos un mensaje grosero, propaganda de licor o sencillamente que quien conduce el vehículo lo hace de manera irrespetuosa de los reglamentos y de los demás conductores.
Políticos cristianos deberían predicar con el ejemplo, pero tal postulado sigue negándose con la ausencia absoluta de ellos, ¡nadie parece tener la intención de cambiar!, el país se puede estar cayendo a pedazos y ellos siguen viendo “lo que conviene a sus intereses individuales y de partido”, “no creemos en primarias”, “hay liderazgos indiscutidos”, “las encuestas me elijen”…¡caramba, qué soberbia!
Hemos visto un mensaje curioso: “Cristo para Venezuela”, se podría interpretar como propaganda electoral, lo cual no estaría mal, pero no en el sentido absoluto de la palabra pues nadie piensa inscribir a Jesús como candidato a un puesto de gobierno, lo que ese letrero quiere expresar es el deseo que nuestro país sea gobernado por gente que de verdad tenga temor de Dios, no se trata de un gobierno teocrático, como lo tienen los países islámicos, sólo se trata de un “ojalá toda autoridad actuara basada en esos principios que nos dio el manual de nuestro Creador”, entonces en este hermoso país no existieran escuálidos y revolucionarios y en esta hermosa tierra todos seríamos hermanos.
Nuestro deber como cristianos es vivir cada acto de nuestra vida diaria fundamentado en la palabra: “Así que ustedes deben obedecer a los gobernantes, no sólo para que no los castiguen, sino porque es lo correcto. Los gobernantes están al servicio de Dios, y están cumpliendo un deber. Por eso pagan ustedes sus impuestos. Así que páguenle a cada uno lo que deban pagarle, ya sea que se trate de impuestos, contribuciones, respeto o estimación”. (Romanos 13: 5-6).
Autor: Helmut Schatte
Políticos cristianos deberían predicar con el ejemplo, pero tal postulado sigue negándose con la ausencia absoluta de ellos, ¡nadie parece tener la intención de cambiar!, el país se puede estar cayendo a pedazos y ellos siguen viendo “lo que conviene a sus intereses individuales y de partido”, “no creemos en primarias”, “hay liderazgos indiscutidos”, “las encuestas me elijen”…¡caramba, qué soberbia!
Hemos visto un mensaje curioso: “Cristo para Venezuela”, se podría interpretar como propaganda electoral, lo cual no estaría mal, pero no en el sentido absoluto de la palabra pues nadie piensa inscribir a Jesús como candidato a un puesto de gobierno, lo que ese letrero quiere expresar es el deseo que nuestro país sea gobernado por gente que de verdad tenga temor de Dios, no se trata de un gobierno teocrático, como lo tienen los países islámicos, sólo se trata de un “ojalá toda autoridad actuara basada en esos principios que nos dio el manual de nuestro Creador”, entonces en este hermoso país no existieran escuálidos y revolucionarios y en esta hermosa tierra todos seríamos hermanos.
Nuestro deber como cristianos es vivir cada acto de nuestra vida diaria fundamentado en la palabra: “Así que ustedes deben obedecer a los gobernantes, no sólo para que no los castiguen, sino porque es lo correcto. Los gobernantes están al servicio de Dios, y están cumpliendo un deber. Por eso pagan ustedes sus impuestos. Así que páguenle a cada uno lo que deban pagarle, ya sea que se trate de impuestos, contribuciones, respeto o estimación”. (Romanos 13: 5-6).
Autor: Helmut Schatte