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Salmos 103:5


“El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”

Con el transcurrir del tiempo las cosas empiezan a cambiar, ser niño, joven, adulto y viejo; esto produce en nosotros cambios de pensamientos, ideales, culturas, filosofías, etc. Ya que nada es en vano, todo lo que hagamos en la vida produce un efecto o como dice la palabra lo que el hombre siembra eso va a recoger o cosechar, y todo trabajo produce desgaste psicológico y físico.

En todo el mundo se ha determinado un día de descanso y de la misma manera en casi todos los países en su legislación laboral hablan del día de descanso y los de fiestas; ya que es necesario que el trabajador repose de su carga y en el momento de laborar uno de los días de descanso o feriados se le dé la recompensa por su sacrificio; de igual manera se establecen normas con respecto a las vacaciones.

Creo que todos de una manera u otra tenemos alguna responsabilidad que nos hace dedicarle tiempo y esfuerzo, esto trae cada día cansancio, fatiga y en algunas ocasiones frustraciones, que nos hacen perder el norte que teníamos y sentirnos en muchas veces incapaz para seguir adelante. El cansancio y la fatiga son comunes y normales en la vida de todo trabajador, ya que al cumplir esa jornada habitual es razonable que no lleguemos a sentir esas fuerzas que teníamos en las primeras horas de la jornada.

Pero el sentimiento de incapacidad y la frustraciones no deben ser parte de nosotros, ya que cuando nos llaman para realizar alguna labor y nos eligieron de entre muchos, es porque reunimos todas las cualidades que necesitaba ese cargo a desempeñar; cuando obviamos eso por el cansancio y la fatiga que hay en nosotros, cambiamos nuestra manera de pensar y empezamos a considerar que ya el fracaso nos alcanzó y el peso de la frustración en nuestra vida es inevitable.

Todos estos momentos son inevitables y tienen que acontecer en nuestra vida, afrontarlos y superarlos queda de nuestra parte , pero para eso hay que tomar decisiones difíciles que causan dolor; hoy quiero tomar las águilas como ejemplo, ya que es una ave que depende de todo sus sentidos para su existencia, y en la mitad de su vida ya sus plumas están viejas y pesadas, su pico doblado y dañino para ella misma y sus garras torpes y frágiles.

Pero cuando llega a esa etapa de su vida el águila tiene que tomar una decisión, que para nosotros seria responder a dos interrogantes ¿empiezas un proceso largo de renovación? o ¿morir por las limitantes qué ahora siento?

En el caso de las águilas normalmente deciden el proceso de renovación, el cual consiste en subir a la montaña más alta y así apartarse por un periodo de 150 días; la renovación consiste en:

1) Cambiar el pico: Golpear su pico contra las rocas hasta desprenderlo, y espera hasta que le salga uno nuevo

2) Cabio de plumaje: Con ese nuevo pico saca pluma por pluma hasta que no quede ni una y luego esperar que crezcan las nuevas plumas.

3) Cambio de uñas: Golpea sus garras contra las piedras hasta sacarlas.

De esta manera el águila renueva su vida y según los observadores de la fauna dicen que los próximos años que le queda de su vida son los mejores, ya que su sacrificio lo hace más fuerte, más resistente y por ende los años de experiencia dan de que hablar.

Las águilas para muchas culturas han sido símbolo de su nación y su dios; pero en particular Dios como muestro hacedor y el creador de todas las cosas, toma a esta especie en cuenta para que aprendamos de ella y comprendamos que nuestra vida es según la imagen y la semejanza de Él. Pero que por nuestra formación muchas veces no hacemos según su voluntad sino la nuestra, y cuando llegamos al límite vemos que algo está mal.

Y es común sentir en ese momento fatiga, cansancio, depresión y tantas impresiones negativas que nos impiden seguir a la meta con total libertad; pero quiero citarte una promesa para todos los que esperan en Jehová “Levantarán alas como las águilas”, así es hermano Dios quiere que seamos como las águilas y levantemos el vuelo no por orgullo ni altivez sino por tener la confianza en el Señor, ya que el te desarrollara una visión adecuada a la altura en que te encuentres para que visualices todo lo que te rodea y puedes tener mayor eficiencia y eficacia en lo que haces.

Pero siempre te llegará el momento de subir a la montaña y apartarte en ayuno y oración, para comenzar a sacar de tu vida esas cosas que aunque una vez te sirvieron hoy se han envejecido y ya no funcionan como antes, no son por tus fuerzas ni tu habilidad de hacer las cosas es por la misericordia de Dios, y como está escrito en el libro de los Salmos “El sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”

No es una sencilla decisión a las interrogantes que se hizo al comienzo de la reflexión pero si determina nuestra existencia en el Señor y para muchos en esta vida ¿empiezas un proceso largo de renovación? o ¿morir por las limitantes qué ahora siento?

Esta respuesta y la decisión es personal, ya que nos hará transcender en cuanto todas las cosas que nos vendrán después, es fuerte y se puede pensar que es un suicidio, pero el Señor es nuestro ayudador y Él nos prometió y nos va a cumplir.

“El problema no es alzar el vuelo como las águilas, sino renovarse cuando se necesita”

Autor: Juan C. Aguilera
Publicado en: http://blog.vivoparacristo.info/
Escrito para: http://www.devocionaldiario.com/

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