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Los predicadores del socialismo culpan de todos los males del mundo al capitalismo salvaje. Proclaman salvar al mundo con socialismo como si fuese un descubrimiento nuevo. ¿Ilusos o mentirosos? La historia demostró que en los países donde se instauró (aprovechan la ignorancia sobre el tema) constituyó un soberano fracaso, la propuesta utópica (¿sabe todo el mundo que significa utopía?) de Marx, en su etapa final no tiene cárceles, ni gobiernos centrales, ni propiedad individual, todos seríamos iguales, sin distinción alguna, o sea, un paraíso en la tierra, un mundo perfecto construido con hombres imperfectos. Por ello, los proyectos que existieron durante el pasado fracasaron, y no es cuento. Allí están los testimonios de tantos ciudadanos alemanes del este, checoslovacos, húngaros y polacos que prefirieron dar su vida en el intento por huir del “paraíso comunista”. Allí quedó el muro de Berlín, también llamado “muro de la vergüenza” por la ignominia de sus alambradas de púas y sus guardias fuertemente armados con orden estricta de disparar sobre todo aquel “equivocado” que quisiera emigrar a occidente.

Socialismo marxista significa ciudadanos atrapados por un Estado que no permite siquiera alguna expresión artística que no sea de beneficio de la supuesta revolución, vegetando en un verdadero zoológico donde los guardias disponen qué se come, qué se habla, qué se viste, qué televisión se ve, cuáles películas, cuáles libros, dónde vives, cuándo te mudas, y lo más grave: qué se piensa.

Los partidarios de este zoológico alegarán que esto es terrorismo mediático. Lo mismo decían cuando algunos predecíamos que eso del “mar de felicidad” era nada más y nada menos que conducir al país a la condición de otra Cuba, lugar donde reina la pobreza, el encierro, el estado policial y represivo, donde quien practique algún credo distinto al comunismo, lo menos que le espera es ser catalogado como paria, con solo derecho a vegetar, estas son las razones por las cuales no revelan las verdaderas intenciones, pues en la idiosincrasia venezolana decir la verdad conduciría inminentemente al desbande instantáneo, por ello, recurren al contrabando, al engaño, al eufemismo traidor o la fuerza.

Manipulan hasta a la Biblia como la declaración de Jesucristo de “es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, que un rico entre al cielo”. Jesucristo nunca se refirió a pobres, enfermos ni endemoniados como “militantes”, ni siquiera atacó al “imperio de la época”. Si de verdad se quiere dar sentido correcto a los pasajes bíblicos, debe entenderse que Jesús vino a consolar a los afligidos, a salvar a los que creen en él y a pedirnos amor los unos con otros, no vino a predicar ni a fundar un partido político, vino a decirnos - más bien- que no envidiemos ni codiciemos los bienes terrenales, ni sigamos a falsos profetas que en su supuesto nombre nos conducirán al mismísimo infierno. Es hora de que los cristianos nos definamos: El problema no reside entre socialismo o capitalismo, el problema reside en obedecer o desobedecer a Dios…¡punto!

Autor: Helmut Schatte
Escrito para: Pluma Cristiana y Ministerio Vivo Para Cristo

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