Firefox

Rss

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

(Filipenses 4:6-7)


Mucha de nuestra Ansiedad viene de nuestros pensamientos “y que si…”. ¿Y qué si pierdo mi trabajo? ¿Y que si no puedo pagar las cuentas? ¿Y qué si nunca me caso? ¿Y qué si fracaso en lo que estoy haciendo? ¿Y qué si no paso el examen? ¿Y qué si mi relación termina? ¿Y qué si las cosas nunca mejoran? ¿ Y qué si me enfermo o me accidento gravemente?

Además de nuestros pensamientos, tenemos a la televisión, los periódicos y las revistas que nos dicen todas las razones por las cuales deberiamos sentir ansiedad. Nos recuerdan de todos lo peligros que nos rodean, y con demasiada frecuencia nos bombardean con imágenes de cómo nos deberiamos ver, hablar, sentir y ser. Sentimos mucha presión para vivir un cierto estilo de vida, vernos de cierta manera, lograr ciertas cosas, aceptar ciertas actitudes y comportamientos, y moldearnos a cierta imagen para encajar y evitar el rechazo.

En forma constante se nos recuerda que estamos fallando. Estamos perdiendo la libertad de ser quienes somos y tener que mirar en el espejo todos los dias y ver si la imagen que se refleja concuerda con el estandar de alguien más. Todo eso nos produce ansiedad, y esa es una razón por la cual la ansiedad es una epidemia en el mundo de hoy.

Sin embargo, Dios dice en Su Palabra que no debemos tener ansiedad por nada (Filipenses 4:6). Esto no es lo mismo que cuando algo malo le pasa a usted, y alguien dice: “No se preocupe, simplemente supérelo”. Dios no le esta diciendo: “Lo que tienes que hacer es olvidar”. Él nos da la solución, y esa solución es orar sobre todas las cosas y darle a Él toda nuestra alabanza y agradecimiento. Cuando lo hacemos, Dios nos promete una paz que va más allá de nuestro entendimiento. Eso quiere decir que tenemos paz aún cuando no tiene sentido que la tengamos. Esa clase de paz protegerá nuestro corazón y nuestra mente.

Muchas veces pensamos que nuestro temor y ansiedad están en realidad conectados a Dios. Pensamos que nos sentimos ansiosos por algo que Dios no hizo o tal vez no haga por nosotros. Pensamos: ¿Y qué si Él no provee lo que necesito? ¿Por qué no me ha sanado? ¿Y qué si nos protege? ¿Y Que si no nos da lo que necesitamos o queremos? Cuando anticipamos lo peor y mantenemos en la mente constantes pensamientos de mal, creamos ansiedad y algo que hoy muchos llaman “estrés mental”, los cuales pueden interferir con nuestra habilidad de funcionar. Esta falta de paz nos hace sentir muy desdichados. Es una carga que no podemos llevar, y nos debilitaremos por su peso ya sea mental, emocional o fisicamente.

La ansiedad puede llegar a nuestra alma en cualquier momento. Y cuando esto sucede, tal vez busquemos mil maneras de ocultarla. Pero la Paz de Dios es lo único que puede calmar la ansiedad. Desde que recibimos a Jesús, tenemos acceso a Su Paz. Él puede darle paz en cuanto a quien es usted, lo que está haciendo, y adonde va en la vida, Él puede darle Paz en cuanto a su pasado, presente y futuro, y paz en cuanto a sus circunstancias sin importar las que sean.

Aún cuando la vida es impredecible y muy a menudo está llena de cosas que producen temor, Dios dice que no tenemos que vivir atemorizados. Cuando notamos el primer sintoma de la ansiedad podemos buscar la Paz de Dios en Su Palabra, en Oración y en Alabanza y Adoración y tenemos la absoluta seguridad de encontrarla.

“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque él tiene cuidado de Vosotros” (1 Pedro 5:7)

A continuacion te dejo esta hermosa cancion como punto final, en Cristo Jesus tienes Paz en medio de la tormenta!



Autora: Lidia Tapisquen
Escrito para: http://blog.vivoparacristo.info/

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dedicar un momento de tu tiempo para Comentar este tema.

Los comentarios ANONIMOS NO serán aprobados.