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¿Es Dios patrono de los cuerpos armados? Dios no creó al hombre para matarse entre sí, mucho menos para otra cosa que para que cumpliesen un propósito determinado para cada quién como individualidad ¿A quién le cabe en la cabeza que crearía algo sin saber para qué lo hizo?, menos para que nos destruyéramos unos a otros ¿O un padre tiene hijos para eso?

Los Israelitas llamaron al Dios que se autodefinió ante Moisés como “Yo soy el que soy”, Jehová. Él los sacó de la esclavitud en Egipto para llevarlos a la Tierra Prometida en Canaán, por desobediencia e incredulidad demoraron 40 años en una ruta que normalmente demoraría 40 días; no bastó el maná, ni la nube que los guiaba de día, ni la columna de fuego que marcaba la senda de noche, ni la carne de las perdices, tampoco el agua que brotó de la roca, ni el cruce del Mar Rojo. Así y todo Jehová se hizo manifiesto a la hora de conseguirles victorias en las batallas que el mejor de los generales hubiese dado por perdidas.

“Mira que yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra”. Jericó, ciudad amurallada y fortificada que cayó después que los israelitas, tras todo un proceso de dar vueltas y tocar cuernos de carnero, caminando delante del Arca de la Alianza, al 7º día cuando tocaron el cuerno prolongadamente, todo el pueblo gritó a gran voz y el muro de la ciudad cayó. (Josué 6).

En Gabaón pelearon contra cinco reyes amorreos y los hicieron huir, y “fueron más los que murieron por las piedras del granizo que los hijos de Israel mataron a espada” (Josué 10: 11b). “Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel” (Josué 10:14).

Jehová dijo a Gedeón: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: mi mano me salvó”: Gedeón con 300 hombres venció a los madianitas, amalecitas y los hijos de oriente que estaban en el valle como langostas en multitud, con camellos innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud.

Jonatan, hijo de Saúl, y su criado enfrentaron a los filisteos que eran una fuerza superior, sin más que sus espadas: Jehová confundió a los filisteos y se mataron unos a otros. La ayuda de Jehová también se hizo sentir cuando David enfrentó a Goliat, a quien advirtió: “Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, mas yo vengo a tí en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”.

Ezequías, sitiado por los asirios, pidió la ayuda de Jehová a través de Isaías: vino un ángel al campamento asirio y mató a 185.000 asirios (Reyes 19:35).

Venezuela, tierra tan parecida a ese Israel, por todo lo que Dios le dio, no encuentra el reposo porque su pueblo no lo busca, porque su pueblo cree en sus propias fuerzas y sólo confía en hombres, por ello, pese a habitar una tierra donde fluye leche y miel, no consigue paz ni reposo; le falta pedir a Dios que pelee sus batallas.

Autor: Helmut Schatte
Escrito para: Diario El Tiempo y Ministerio Vivo Para Cristo

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