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Acercarse a Dios o hacer algo que me justifique delante de Él

Romanos 14:11

“Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”.

La semana santa es celebrada en muchos países que han aceptado la realidad de que Jesucristo vino a esta tierra y se hizo hombre para padecer hasta morir por los pecados de la humanidad y también resucitar de entre los muertos con motivo de que el era el Hijo de Dios y por lo tanto como dice la escritura tendría que resucitar y ser levantado al cielo con poder y gloria.

Creo que en todas partes donde se reconoce a Cristo como el hijo de Dios y creen lo dicho por los evangelio hacen de alguna forma su fe o su creencia una utopía de lo que ellos quieren de Dios y en realidad nunca o pocas veces se detienen a pensar que el quiere para cada uno de nosotros; simplificar por temporada complicamos todo ya que el Señor no busca sacrificio que nosotros daríamos sino un corazón que de continuo esté dispuesto a rendirse delante de el.

Cuando escucho testimonios de personas que pretenden pagarle favores a Dios por medios de sacrificios del cuerpo o ayunos, creo que no ha entendido o no se ha detenido a pensar que Dios quiere para sí mismo, da tristeza como el enemigo de Dios a cautivado muchas mentes y corazones haciéndoles pensar y creer con todo el corazón, que en estas fechas donde anualmente se simboliza y recuerda la muerte y resurrección del Señor, puede pagar por todos los pecados y cancelar la cuota de un favor que ha recibido de parte de Dios.

Si tu practicas esto, te lo digo con todo mi corazón y te traigo la palabra de Dios para que me comprendas que no somos salvos por la religión que profesamos, sino mas bien por lo que Dios quiere de nosotros. Sabes que Pedro nunca toco la fecha del padecimiento de Jesús para recordar que el lo negó y recibió perdón por esa falta. Amigo entiende lo que el apóstol quiso que todos entendieran “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia” (1 Pedro 1:15), nuestras vidas está llenas de deseos carnales que lamentablemente nos alejan del Señor los cuales Pablo les pide a los Colosenses “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Colosenses 3:5) y a los Gálatas les dice “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).

Tampoco es por las obras que hagamos, nada que tu hagas por tu propia cuenta o sacrificio te puede dar la salvación sino que reconozcas a Jesús como tu único y suficiente salvador y empieces a dar frutos digno de que eres hijo de Dios, ya que dice la palabra “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7), querido amigo y hermano que te detuviste a leer esto, Dios es Dios no lo intentes engañar como si fuera un niñito o como a otra persona, el no puede ser burlado, lo que tu siembras eso vas a recoger y si nunca te has rendido ante el como para dejarlo formar parte de tu vida, déjame decirte, que sus bendiciones nunca te han dejado, pero eso no quiere decir que estés aprobado por el.

Dios lo que pide de nosotros es sinceridad de corazón en todo lo que hacemos para el y que no pretendamos tenerlo como a un niñito de un orfanato que solo el día del niño le llevan regalos, o como los malos hijos que se acuerdan de sus madres solamente el día de la madre o el de cumpleaños, nuestro Señor no pide eso de nosotros, el quiere que nos acordemos cada día de nuestra vida, para agradecerle ese sacrificio que el hizo por nosotros, ya que su padecimiento fue hasta el extremo doloroso y lo particular e increíble que aun sabiendo que lo tendríamos en poco, siguió camino al gólgota pensando en ti y en mi y sabiendo que si podemos darle mas que una semana de sacrificio o de ritos, a pesar de que muchos no se detienen a pensar por un momento en si eso es lo que realmente anhela Dios de nosotros.

“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmos 51: 16,17

No seamos insensatos en pensar que Dios se compra caminando descalzo o latigandonos el cuerpo, ni con dinero, ni con nada que podamos darle, solo con un corazón arrepentido por los pecados y dispuesto en no volver a ellos para seguir viviendo sometido al pecado, mi sacrificio no me acerca a Dios, solo un corazón rendido ante el te puede acercar y hacerte pasar de una vida de pecado, a una en santidad como lo pedía Pedro “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:15) los santos no están en las iglesias como nos lo han venido enseñando, los santos somos aquellos que hemos dejado que el Señor nos santifique por medio del Espíritu; “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.” (1 Pedro 1:2).

Me tome el tiempo para cada versículo, porque es necesario que entiendas que cuando dejes morar a Jesús en tu vida para ser obediente a su palabra y comprendas que ya el sacrificio fue hecho, tu no necesitaras sacrificio para obtener salvación y perdón por los pecado, solo reconocer y obedecer a Dios y el te hace salvo.

“No es tu sacrificio que te acerca a Dios, sino tu corazón; entrégalo al Señor pues el te ama; sin Dios no hay felicidad verdadera solo momentánea”

Autor: Juan C. Aguilera
Escrito para: Ministerio Vivo Para Cristo y Devocional Diario

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