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El hombre en su soberbia y poca fe se pregunta cuando esta atribulado: ¿donde está Dios? como si existiera el lugar donde Él no esté, como si el sol no alumbrara en las noches y en días nublados. En los momentos de angustia hay quienes se rebelan y quienes se doblegan ante su autoridad, ¿en cuál grupo está usted?

En el Antiguo Testamento hay un libro que describe el sufrimiento del justo: “Job” , descrito en 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto; temeroso de Dios y apartado del mal”, vino Satanás ante Dios alegando que tan bueno era por estar protegido por el “cercado alrededor de él, su casa y todo lo que tiene”, desafía diciendo: “Pero extiende tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia” ( Job 1:11) , en plena confianza sobre la fidelidad de su siervo Job, Dios da permiso a Satanás: “He aquí, todo lo que tiene en su mano; solamente no pongas su mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová”. (Job 1: 12).

Job clama: “Prosperan las tiendas de los ladrones, y los que provocan a Dios viven seguros. En cuyas manos El ha puesto cuanto tienen. (Job 12: 6). Dios lo permite: “Si El derriba no hay quien edifique; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. Si El detiene las aguas, todo se seca; si las envía, destruye la tierra. Con Él está el poder y la sabiduría; suyo es el que yerra y el que hace errar. Él, hace andar despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces. Él rompe las cadenas de los tiranos, y les ata una soga a sus lomos.

Él lleva despojados a los príncipes, y trastorna a los poderosos. Priva del habla a los que dicen la verdad, y quita a los ancianos el consejo” (Job 12: 14-20). Job fue salvado por su fe a toda prueba.

Dios prueba la fidelidad: Zacarías 13: 8- 9: “Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera parte quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y el dirá: Jehová es mi Dios”.

El mensaje de Dios está a disposición; nadie se salva alegando en su defensa la propia ignorancia; nuestros pueblos han repetido los errores del Israel bíblico, adorando al dios dinero, al dios sexo, al dios poder, incurriendo en idolatría, siguiendo a falsos profetas, recurriendo a adivinas, brujos, santeros y paleros, dando la espalda a Dios Padre, creador de lo visible e invisible, inventando auto justificación para sus errores, son muchos los fariseos que tuercen la Palabra y la acomodan para fabricar maldad.

“Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15).

Los tiempos hacen parecer que los malos triunfan, pero para quien en Dios tiene fe el mensaje es claro: “No te impacientes a causa de los malignos. Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados. Y como la hierba verde se secarán”. (Salmo 37: 1-2).

Autor: Helmut Schatte Vera