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Un parlamentario oficialista, tras anunciar la próxima presentación en la Asamblea Nacional de un proyecto de ley que legaliza los matrimonios entre homosexuales, defendió la iniciativa argumentando que se trata de algo “imparable” pues “pasa en todo el mundo”.

Con el argumento de “todos lo hacen” o “siempre se ha hecho así”, se pretende legitimar lo descabellado o ilógico; la realidad kafkaiana de un cura proclamando “patria socialista o muerte” o supuestos cristianos que suscriben las prácticas homosexuales, olvidando lo que dice la Biblia al respecto:

“A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén”. Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, El a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Romanos 1: 21-32)

Ni que Pablo estuviese aquí junto a nosotros, observándonos; “cambiamos la gloria de Dios inmortal por imágenes del hombre mortal”, por ello Dios nos entregó a todas esas cosas que podemos ver todos los días, en todos lados.

Si alguno todavía no lo sabe, pandemia significa: “Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a asi todos los individuos de una localidad o región”. Basta con leer Romanos para darnos cuenta que vivimos nuestra “pandemia moral avisada”. No bastará arrepentirse, es preciso enmendar el rumbo, Venezuela hace rato se apartó de los caminos de Dios, la única salvación está en volver a retomar la ruta trazada por quién nos creó.

Autor: Helmut Schatte Vera

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