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¿Semana Santa?... prefiero cavilar un poco sobre el concepto encerrado en la palabra "santa". Desde niño siempre ví a los santos y santas como una figura con aureola en la cabeza y con una "especialización" en particular; mi tía Claudia encargaba a San Pancracio los objetos que perdía, le atribuia la función que desarrolla la oficina "lost and found" en los hoteles del norte, para las solteronas estaba San Antonio, otros tantos "especialistas" como Santa Bárbara o Judas Tadeo tenían otras fortalezas, también existían santos adscritos a ciertas congregaciones religiosas, en mi caso salesianos, allí era Don Bosco y Domingo Savio, y a nacionalidades: mi tío italiano le rezaba a Gema Galganni.

Hoy a Dios gracias, no uso a los santos como "secretarios de reclamos y milagros", he aprendido que aun cuando los santos existan, no tiene lógica encargarles tareas que no son de su incumbencia, esto es: si pensamos que el santo cual o el santo tal, partió hacia la gloria de Dios, ¿donde esta establecido que por ello las oficiarían eternamene como secretario de reclamo y milagros?, ¿acaso lo dice la Biblia? Lo que si dice la Biblia y lo dijo el propio Jesucristo: "nadie va al padre sino a través de mi" (Juan 14:6), por eso nos llamamos cristianos, pero a la hora de pedir y orar nos dirigimos a los secretarios en lugar del jefe, el cual afirmó categoricamente:

"Yo soy la puerta; el que por mí entrare , será salvo y entrará, y saldrá y hallará pastos" (Juan 10:9) y para que no quedasen dudas aclaró: "Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por las ovejas" (Juan 10:11). Creo que la unica explcación o respuesta del porqué hay quienes han recibido milagros solicitados a santos intercesores, solo Dios la puede dar, Él sabrá si por los oficiantes o si por la fé depositada en la petición.

Santo es todo hombre que logra obedecir el proposito y los designios del creador, eso no es aburrido ni extraterrestre, no implica levitar ni poseer aureola, ni hacer milagros, significa tener una fe autentica que dé frutos, porque "todo arbol bueno da buenos frutos, pero el arbol malo da frutos malos. No puede el arbol bueno dar malos frutos, ni el arbol malo dar frutos buenos. Todo arbol que no da frutos, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los conocereis" (Mateo 7:17-20).

¿Cuales son los buenos frutos?: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley" (Gálatas 5:22-23), usted podrá decir que reunir todas esas cualidades es difícil, lo cual es cierto, ¡nadie dijo otra cosa!, lo importante es estar en la pelea diaria por lograrlas, pidiendo ayuda de Dios, luchando por vencer los malos frutos, esos que nos apegan a lo terrenal y nos condenan a ser arbol malo: "adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disenciones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas similares a estas" (Gálatas 5:19-21). ¿Con cuales frutos asociaría usted la Semana Santa?...¡piénselo!

Autor: Helmut Schate

1 comentarios:

Genial tu comentario aterrizado y llama al cuestionamiento

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