Firefox

Rss

Todo ciudadano que aspire a desempeñar un cargo público debería contar con ella, con esa inspiración que marca lo contrario a lo que se ha venido viendo hasta ahora. La verdadera vocación de servicio significa entrega desinteresada, voluntad irrevocable de dar lo mejor de sí mismo para cumplir en forma integral, honesta y activa con todo aquello que implique fiel cumplimiento de los deberes del cargo. Hasta ahora sólo se han mostrado intereses y apetitos personales por sobre esa visión ideal del servidor público. Mucho más allá de las definiciones políticas de derecha o izquierda, el tener vocación de servicio está íntimamente subordinado a los valores morales y éticos con que cuente el individuo.

Si hablamos de moral y ética, no puede quedar fuera el pensamiento cristiano, muchas veces distorsionado, ya que algunos lo ven como fanatismo, otros como aburridos practicantes de religiosidad, de rituales y protocolos vacíos. ¡Cuán equivocados están quienes en eso creen!

Ser cristiano significa buscar relación personal con Dios, ser cristiano es un estilo de vida que da respuestas muchísimo más completas que las dadas por ideologías o proposiciones de hombres. Por ello creo que si los servidores públicos cumplieran con los preceptos de ser buenos cristianos, no existiría corrupción, demagogia, mentiras, injusticia, atropello ni violencia, si alguno lo duda, lo reto a estudiar la Biblia, si no cree en Cristo es porque no lo conoce. Por desgracia, muchos de los que se dicen cristianos tampoco lo conocen a fondo.

Las Escrituras están llenas de instrucciones para la buena convivencia que cumplen con las “normas del fabricante”, Pablo en su carta a los Filipenses 2:2-4, recomienda: “Les pido que vivan en armonía y que se amen unos a otros. Así me harán feliz. Pónganse de acuerdo en lo que piensan, deseen las mismas cosas” (2:2), aquí las claves son “armonía, acuerdo, ámense, deseen las mismas cosas”, todos conceptos opuestos a “guerra, conflicto, intolerancia, enemigo”.

“No hagan nada por orgullo o sólo por pelear. Al contrario, hagan todo con humildad, y vean a los demás como mejores a ustedes mismos” (2:3), así que nada de confrontaciones, ni orgullo, sean humildes, considerando al prójimo más bien como un superior, conceptos certificados por el propio Jesucristo cuando dijo: “El más importante de ustedes deberá ser el sirviente de todos. Porque los que se creen más importantes que los demás, serán tratados como los menos importantes”. (Mateo 23:11-12).

“Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos” (2:4), más claro no puede ser: equilibrio entre el “sí mismo y el todos”, ni comunismo ni capitalismo, nada de ideologías de hombres, todas han fracasado rotundamente en busca de la paz... ¡Jesucristo es la solución para el mundo!

Nadie que se diga cristiano puede ser cómplice de idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, envidias, contiendas y disensiones, si usted conoce alguno así, tiene a la vista a un auténtico fariseo.

Autor: Helmut Schatte
Escrito para: Diario El Tiempo y Ministerio Vivo Para Cristo

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dedicar un momento de tu tiempo para Comentar este tema.

Los comentarios ANONIMOS NO serán aprobados.