"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?"
Yo tenia que escribir la reflexión de hoy y mi esposa también trabajaba en nuestro ministerio cibernético, por lo que decidí acostarlo en su cuna para probar si se dormía, cuando lo deje, me quede un momento mirándolo y el mirándome a mi, cuando comencé a alejarme un poco, hizo su típica cara cuando tiene ganas de llorar, saco su labio de abajo y sus cejitas se pusieron rojitas, era señal de que quería llorar, me quede mirándolo un momento mientras jugaba con el y le cantaba una canción infantil, el se sonrió y sabia que estaría ahí con el, cuando termine de cantar intente nuevamente dejarlo solo para dedicarme a la reflexión y el comenzó a querer llorar nuevamente, entonces por un momento mi corazón no soporta el hecho de ver que quería llorar porque me iba y lo tome nuevamente en mis brazos y lo comencé a pasear nuevamente mientras lo abrazaba con mucho amor. Fue ahí donde medite en lo siguiente:
Si yo como padre terrenal tengo un profundo amor por mi hijo a tal punto que mi corazón no soporta ni siquiera ver el intento de su llanto, ¿Cuánto mas nuestro Padre que nos ama con amor eterno cuidara de nosotros?
Muchos no tuvieron el privilegio de tener un padre con ustedes, talvez porque su relación con su mama no funciono, talvez porque murieron o porque simplemente nunca lo conoció, pero aun cuando no tuviste un padre terrenal, ahora tienes un Padre que te ama con amor eterno a tal punto de enviar a su amado hijo a morir por ti.
¡Vamos!, no es hora de estar llorando porque falto alguien en tu vida, es hora de entender que Dios es mi Padre y que si El es mi Padre entonces nada me faltara, porque el me cuidara de tal manera que cuando quiera llorar por su ausencia, vendrá a nosotros, nos hará sonreír y nos tomara en sus brazos para arrullarnos y decirnos lo mucho que nos ama y lo importante que somos para El.
Si Dios me ama mas de cómo yo amo a Uzielito, entonces no tengo porque temer, porque si yo considero que amo mucho a mi hijo y haría cualquier cosa por el, tengo que tener por seguro que Dios hará cosas mayores por mi.
Autor: Enrique Monterroza
Tomado de: Reflexiones y Devocionales